La salud en riesgo

 

Consideremos pues un sujeto (piense un momento y seguramente descubrirá a algún conocido que corresponda al tipo descripto) que:

· fuma 30 cigarrillos por día;
· tiene una presión arterial alta (por ejemplo, 170/100);
· bebe transpasando el límite de etanol permitido (por ejemplo, el equivalente a un litro de vino por día);
· tiene el colesterol malo alto; y el colesterol bueno, bajo (valor de ejemplo: 270-30);
· sufre de sobrepeso (por ejemplo, de 15 kg);
· es sedentario.

¡En total ha perdido 50.6 años!

Este dato puede parecer irreal, pero no lo es si pensamos que nuestro candidato a suicida muy probablemente tenga una esperanza de vida  promedio de 50 años (entre accidentes cardiovasculares, tumores, ictus, diabetes, etc.). Dicho de otro modo, podría haber vivido hasta los 100 años. Dicha conclusión está en linea con la idea de que la esperanza de vida promedio de la población occidental es de 80 años, incluso vivendo gran parte de ese tiempo de manera no saludable. 

Tratemos ahora de reducir los vicios de nuestro sujeto y verifiquemos la pérdida en años de una persona que:
· no fuma;
· tiene una presión arterial normal (por ejemplo, 150/90; 150 debería considerarse de todos modos como alta);
· bebe dos vasos de vino por comida y un licor por la noche (el equivalente a un litro de vino por día);
· tiene el colesterol malo alto; y el colesterol bueno, bajo (valor de ejemplo: 270-30);
· sufre de sobrepeso (de 10 kg);
· es sedentario.

En total: ha perdido 27.5 años.

Es decir que nos encontramos frente al tipo clásico que dejará este valle de lágrimas alrededor de los 70 años.

Mejoremos todavía más los indicadores y consideremos un último sujeto que:

· no fuma;
· tiene una presión arterial ‘normal’ (150/90);
· no bebe o bebe dentro de los límites saludables;
· tiene el colesterol dentro de los valores normales;
· sufre de sobrepeso (de 10 kg);
· es sedentario.

 "Malos

Para muchas personas este sujeto lleva una vida sana; sufre de sobrepeso "por la edad". Una lástima que haya perdido de esta forma 10.7 años de vida. Es el tipo clásico que morirá alrededor de los 80 años, luego de haber pasado los últimos 10-15 años de su vida como un "viejo" con varios achaques de la edad.
Estos datos deberían llevar a una reflexión sobre la importancia de los factores de riesgo, pero, hasta ahora, no resuelven todavía el problema inicial de definir un buen estilo de vida. De hecho, algunos factores (como la hipertensión o la hipercolesterolemia) no se refieren a comportamientos del sujeto y una pequeña parte de la población (¡no piense inmediatamente que está incluido en ella!) tiene una predisposición genética.
Además, es importante notar que el aspecto psicológico es de una importancia fundamental, no tanto respecto a la expectativa de vida sino relacionado con muchas patologías que, aun no siendo mortales, reducen bastante la calidad de vida del sujeto. Por desgracia, el aspecto psicológico no es cuantificable como los demás factores y cae bajo la estricta evaluación personal del sujeto.

 

El camino correcto

 

Un sujeto tiene un buen estilo de vida si:

· no fuma;
· no ingiere habitualmente bebidas alcohólicas;
· no consume drogas o sustancias ilícitas;
· no sufre de sobrepeso;
· no es sedentario.
· tiene una alimentación variada y equilibrada;
· se somete a controles periódicos de prevención;
· no se siente estresado;
· no se siente deprimido;
· no siente ansiedad.

Nota
Las personas que toman alcohol con frecuancia durante las comidas no lograrán permanecer bajo el límite de etanol permitido.

Limitarse a un solo vaso por comida (sin licores extra y sin transpasar el límite de un vaso) es una condición teórica pero nada práctica.
El sobrepeso se debe calcular según índices modernos de delgadez.
Llevar una alimentación variada y equilibrada no solamente significa la presencia de frutas y verduras en las comidas, sino también una variedad global respecto a los tipos de alimentos.
El estrés, la ansiedad y la depresión están causados en la mayor parte de los casos por una historia psicológica propia no saludable, por una mala comprensión del mundo y de sí mismos. El empleo de fármacos para combatirla no puede mejorar el estilo de vida del sujeto. 
Está claro que el estilo de vida no será ‘bueno’ (o sea que el sujeto vivirá mal) si cualquiera de los puntos anteriormente indicados no se cumple. Esto puede parecer una condición muy restrictiva pero es coherente con la lógica y con una visión de la existencia de quien quiere lo mejor para sí.  En efecto, si se acepta esta definición de buen estilo de vida y se la lee como AND lógico de diez condiciones (deben cumplirse todas para que sea verdadera), negar la completa proposición (no bueno, estilo de vida malo) la convierte en el OR lógico de las diez condiciones negadas (basta que se cumpla una sola de las negadas).

 "Hábitos

Tengo un problema de salud, ¿qué puedo hacer?

Esta frase representa, en pocas palabras, el resumen de muchas de las preguntas que se reciben. A menudo se trata de problemas que la medicina ‘oficial’ no sabe manejar bien, y como respuesta los emparcha; y que la medicina alternativa simula saber manejar bien pero luego los resultados a menudo desilusionan. Dado que quejarse resulta contraproducente, la respuesta que doy es:

Cambie en primer lugar su estilo de vida y luego reconsidere la situación

Claro, dejar de fumar, de beber frecuentemente, realizar controles periódicos (una respuesta no inteligente sería: ‘pero cuestan’, aunque luego uno se dé cuenta de que suele gastar dinero en objetos y/o actividades cuestionables), aprender a manejar la propia existencia, ponerse a practicar deportes; todo ésto puede resultar muy duro pero el premio son decenas de años más de vida y una calidad de vida mejor.
Dejemos de una vez de buscar improbables atajos y arremanguémosnos frente a la tarea. En un 80 % de los casos, por lo menos, en los que la gente me contacta por problemas de salud molestos, las personas no llevan un buen estilo de vida.
Es suficiente este único dato para considerar al estilo de vida como un remedio inmejorable e insustituible.

El estilo de vida: hábitos saludables


 "Comida

 

"Buen estilo de vida" es una frase que encontramos a menudo en los textos sobre la salud. Nadie, sin embargo, se asume la obligación de definir qué es exactamente un buen estilo de vida, y la mayoría lo hace a grandes líneas, siguiendo el sentido común.

Una estadística reciente afirma el 71,3% de los españoles cree que goza de buena salud, pero también dicen estar convencidos de que solamente una reducida parte de la población vive de manera saludable. Haciendo un entrecruzamiento de estos datos no se llega más que a una conclusión: cada uno lleva agua al propio molino y define como bueno "su" estilo de vida, absolviéndose a sí mismos de bastantes pecadillos, que tan veniales no son. Se descubre de este modo que fumar 7-8 cigarrillos por día, beber medio litro de vino por comida, no hacer actividad física más que durante las vacaciones, tener 5-6 kilos de sobrepeso no se concideran factores negativos para la salud.
Partiendo de datos recogidos por la literatura científica se puede, de hecho, obtener una definición de ‘buen estilo de vida’ muy precisa y sobre todo útil para demostrar cómo a menudo no tiene sentido autoengañarse y creer que se vive ‘en el mejor de los mundos posibles’ en lo que respecta a nuestra salud.

Como punto de partida para la búsqueda de la definición utilicemos el informe del año 2002 de la  Organización Mundial de la Salud (OMS).

Factor de riesgo     

Pérdida de años

 Cigarrillo

           12,2         

 Hipertensión 

  10,9

 Alcohol

    9,2

 Hipercolesterolemia 

    7,6

 Sobrepeso

    7,4

 Consumo reducidode
 frutas y verduras 

    3,9

 Vida sedentaria 

    3,3

 Sustancias ilícitas

    1,8

 

La tabla se refiere a los paises industrializados y se han desestimado los factores de menos de un año de pérdida.

IMPORTANTE – Es necesario saber leer la tabla en una manera estadísticamente correcta. Los diferentes factores, bajo un inpresionante trabajo desde el punto de vista del análisis de datos, han perdido la correlación entre ellos. Lo cual significa que el valor relativo a un factor es el que se obtendría si el sujeto no tuviera más que aquel factor de riesgo. En la realidad, sin embargo, es muy difícil que una persona que fuma 30 cigarrillos por día no sufra de presión arterial alta (hipertensión) o que tenga el colesterol malo dentro de los valores normales. En otras palabras:

Los diferentes factores de riesgo ejercen sinergia recíprocamente.