Fútbol infantil

 

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Es el deporte nacional y a todos los padres les gustaría un hijo campeón, también en virtud de los enormes potenciales ganancias (se ha leído hace algún tiempo en los periódicos sobre un joven futbolista italiano que, a penas cumplida la mayoría de edad, ha regalado una villa con piscina a sus propios padres).

Las sociedades deportivas, a través de sus escuelas de fútbol, pueden inscribir niños desde los 6 años en adelante pero el primer campeonato puede ser disputado en la categoría más baja con los 8 años cumplidos.

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El fútbol se demuestra particularmente apto para entrenar el físico para los esfuerzos prolongados y a enseñar al niño el control de los propios impulsos nerviosos, además de habituarlos a jugar en equipo, desarrollando la idea del colectivo (un partido no se gana ni se pierde solos…).

Importante es tener al niño, cuanto sea posible, lejos de los fenómenos de excentricidad y de fervor competitivo que circundan negativamente el mundo del fútbol. Para la práctica deportiva no existen particulares contraindicaciones, si no aquellas ligadas a la posibilidad de hacerse daño en los encuentros físicos con los adversarios y en caso de caídas.