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La carrera, especialidad atlética para diferentes distancias, es la más instintiva e inmediata práctica deportiva para el niño. Obviamente, tal capacidad instintiva debe ser contenida y desarrollada bajo la atenta guía de un entrenador que enseñe al joven deportista como obtener el mejor de si mismo, sea a través de un racional aprovechamiento de las propias características físicas, ya sea a través de un entrenamiento específico.

Exactamente en virtud del entrenamiento específico, recientes estudios han demostrado que también un niño-contrariamente a cuanto se suponía años atrás-puede probar también en la carrera de larga duración.

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Correr es fundamental para tener un sistema cardio-vascular en perfecta eficiencia y un metabolismo activo y preciso, pero cuidado al sobrepeso: si la práctica es ideal para digerir el peso en exceso, elevados son los riesgos de traumas articulares y musculares hasta que no se alcanza el peso-forma.

Es para considerar positivamente también el hecho que la carrera es la base de otras especialidades de atletismo infantil o ligero: creciendo en el interior de una sociedad deportiva bien organizada y multidiciplinar, el muchacho tendrá tiempo y modo de elegir sobre cual especialidad pretende concentrar la propia atención y los propios esfuerzos.

Más el atleta es joven y es mayormente probable que una actividad solitaria como aquellas comprendidas en la disciplina del atletismo infantil tienda a aburrirlo. Será tarea del entrenador y de los padres estimularlo en la búsqueda del adecuado entusiasmo.