Entrenamiento
El ciclismo representa por sí mismo la opción perfecta para mantener en forma el sistema cardiovascular, además, es posible graduar el nivel del esfuerzo físico realizado en relación con las condiciones orgánicas individuales. El primer problema que debe afrontar el principiante es la zona del cuerpo que apoya sobre el sillín, o sea, la entrepierna. Por otro lado, aun tratándose de un ciclista experimentado con muchos kilómetros en su haber, los primeros 100 kilómetros de una estación ciclística producen problemas de resistencia a la postura. El secreto es encontrar la mejor postura, la cual se obtiene empezando ya con un buen cuadro y modificando la postura un poco y en forma paulatina hasta que se alcance la postura más apropiada. Para el que desee mejorar el rendimiento, es preciso desarrollar un programa de entrenamiento.
Pongamos el caso de quien apunta a conquistar un paso alpino cualquiera. En la primera fase es necesario acumular por lo menos 1000 km en terreno de diferente tipo, mejor si es montuoso. En esta fase se desarrolla la resistencia general y se encuentra el paso de marcha apropiado, por ejemplo, una buena relación de transmisión para dejar atrás kilómetros rápidemente sería una del tipo 52 x 19 o 52 x 21. En la segunda fase (aprox. 500 – 600 km) hay que afrontar las subidas, prefiriendo recorridos con inclinación mediana (7-8 %), de unos 12-15 km. La mejora sobre las subidas traerá inevitablemente una disminución de la velocidad y de la agilidad del pedaleo sobre terreno plano. En la tercera fase hay que transladarse en coche hasta el pie de las grandes colinas, hacer 15-20 km de calentamiento para luego encarar la subida. Lo ideal es no pararse jamás, justamente éste es el principal problema puesto que se ha de aprender a distribuir el esfuerzo físico de manera que el cuerpo no explote. El secreto es comenzar muy lentamente (ovbiemente en términos relativos) y retener el aliento para afrontar la segunda mitad. Es muy útil estudiarse el trayecto en un mapa. Una vez terminada la fase de entrenamiento, se podría apuntar a participar en algún circuito amateur con varias colinas y sierras (con un desnivel total para la subida cerca de los 3000 m). Se trata de un programa ambicioso que debe prepararse con dedicación. Aconsejo de 14 a 26 para la rueda libre y tres platos delante (52, 42 e 32).
Alimentación
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En el ciclismo se ha de masticar siempre algo: el que se para junto a un guardacantón seguramente tendrá hipoglucemia y habra reducido a niveles mínimos su glicógeno muscular. No hay que dejar de llevar siempre algo para beber. Se aconseja una solución glucosada al 5-8 %. En un día caluroso la desidratación puede ser intensa, aproximadamente de un litro por hora; se debe compensar bebiendo regularmente.