¿Para qué sirven los electroestimuladores?
¿Quién no ha oído hablar de electroestimulación alguna vez? Pero, ¿cuántos saben realmente cuáles son las ventajas o para cuáles usos es efectivo un electroestimulador?
Antes que nada, vale la pena aclarar que la electroestimulación sirve tanto para el entrenamiento del músculo como para prevenir traumas o para la rehabilitación.
Si la persona que decide comprar un electroestimulador es ya un deportista y realiza un entrenamiento tradicional, debería considerar que: para aumentar la fuerza hay que usar el electroestimulador siempre después de la clásica sesión de entrenamiento; si no se esforzarían músculos cansados que no desarrollarían la fuerza. Si, por el contrario, desea mejorar la fuerza resistente es mejor empezar primero con la sesión de electroestimulación que, como no cansa al sistema cardiovascular, permite trabajar los músculos antes del esfuerzo aumentando así el metabolismo glicolítico.
Hoy, el uso de la electroestimulación, se asocia también con el deseo de alcanzar determinados resultados estéticos. Esto sí que es posible, pero sin olvidar que a la electroestimulación hay que complementarla con al menos un mínimo de actividad física. El mejoramiento de la microcirculación sanguínea y del drenaje linfático que se comprueba después de haber usado esta técnica es equiparable a lo que se obtendría con un entrenamiento aeróbico. La electroestimulación permite, además, definir específicamente sobre qué grupo muscular actuar permitiendo, así, modelar una determinada parte del cuerpo. Para obtener resultados considerables aconsejamos desarrollar una actividad física (aunque sea moderada) 2 veces por semana y 4 sesiones de electroestimulación. ¡En cuatros semanas notaréis resultados sorprendentes!