La cavitación tiene lugar cuando en un líquido se aplican adecuadas ondas de ultrasonido (frecuencias entre 20kHz y 10MHz) que pasan a través de aquel, generando ondas de expansión (presión negativa) y ondas de compresión (presión positiva).
Si la intensidad del ultrasonido es la correcta, causa la formación, crecimiento y descompresión de burbujas de vapor en el líquido, o sea: formación de cavidades gaseosas dentro de este y una posterior implosión de las mismas. De allí el término cavitación.
La cavitación consiste entonces en un fénomeno de formación de zonas de vapor dentro de un líquido que luego colapsan e implosionan a causa de la producción de una bajada de presión local a un valor inferior respecto al del mismo líquido.
La dinámica del proceso de cavitación es muy similar a la del hervor. La principal diferencia con el fenómeno de cavitación es que, durante el hervor, la tensión de vapor sube hasta superar la presión del líquido y crea una burbuja mecánicamente estable porque está llena de vapor con la misma presión que el líquido que lo rodea. En la cavitación, la presión del líquido desciende rápidamente, mientras la temperatura y la presión de vapor se mantienen, entonces es que la burbuja de cavitación resiste hasta que sale de la zona de baja presión hidrostática, apenas vuelve a una zona de fluído quieto, la presión de vapor no basta para contrastar la presión hidrostática y la burbuja de cavitación implode inmediatamente.
Uno de los objetivos más buscados por la investigación de la medicina estética es encontrar una manera realmente eficaz para reducir selectivamente las células adiposas en exceso debajo del tejido sin necesidad de tener que recurrir a intervenciones quirúrgicas: sin anestesia, sin dolor, sin cicatrices, sin recuperación postoperatoria y sin provocar molestias al paciente. Con la cavitación, ondas de ultrasonido a baja frecuencia, aprovechando el fenómeno de cavitación que produce y que ayuda a disolver gradualmente las células adiposas y el volumen del tejido adiposo, se ha encontrado un "piedra preciosa" de gran utilidad para combatir la celulitis.
Un aspecto revolucionario ha sido revelado a través del estudio del fenómeno de la Cavitación: se puede deducir que, a diferencia de la liposucción que prevé la utilización de canulas aspirantes, la Cavitación utiliza aparatos que apenas rozan la piel en zonas localizadas del cuerpo. Los resultados que se obtienen son múltiples y visibles desde el primer tratamiento. Se nota inmediatamente una mejora estética y una reducción significativa de la grasa, con aumento del tono y de la elasticidad del tejido cutáneo.
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