El término Artritis, que significa “articulación dolorosa”, implica una serie de afecciones físicas que se caracterizan por provocar una inflamación a nivel articular, acompañada regularmente de hinchazón, enrojecimiento y dolores que comportan una disminución de la capacidad articular y una rigidez local.
Las artritis pertenecen a la categoría de enfermedades reumáticas, de las cuales, algunas pueden golpear también los tejidos y órganos internos del cuerpo.
Tales patologías se encuentran en el primer puesto tanto en los Estados Unidos como en Europa y son causa primaria de la discapacidad en la población, fundamentalmente entre los ancianos.
La diversas formas de artritis constituyen un enorme problema para la salud pública ya sea por el número de casos detectados, y por los costos terapéuticos y de prevención asociados, sino también porque enfermedad no permite trabajar ni llevar a cabo actividades cotidianas.
A menudo, se trata de afecciones crónicas, que pueden acompañar al sujeto desde el momento en el que aparecen, y durante toda su vida.
He aquí las formas de artritis mayormente conocidas
- Osteoartritis: la más común entre las personas ancianas y la causa principal de la discapacidad. Golpean principalmente a las mujeres después de los 45 años de edad, lesiona los cartílagos, comportando fricción entre las diversas superficies articulares. Se manifiesta en las manos, cuello, baja espalda y sobre las articulaciones donde se descarga el peso del cuerpo: rodillas, tobillos y caderas.
- Artritis reumatoide: comprende las articulaciones, pero también los tejidos epidérmicos, pulmonares, oculares y los vasos sanguíneos. Las personas afectadas se sienten cansadas y a veces con líneas de fiebre. La artritis reumatoide es una enfermedad que se manifiesta, a menudo, en modo simétrico (por ejemplo: ambas manos o ambas rodillas). Puede aparecer a cualquier edad pero, en general, afecta a las personas en su período de mayor productividad. Las mujeres aquejadas son aproximadamente el doble que los hombres.
- Artritis reumatoide juvenil: la forma más común entre personas jóvenes, causa dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de movilidad de las articulaciones. Puede ser asociada a episodios de fiebre y puede aquejar a diversas partes del cuerpo.
Además de este tipo de artritis existen otros que afligen a los tejidos y a los órganos internos como:
- esclerodermia: afecta principalmente a la piel.
- espondiloartropatía: un conjunto de formas que incumben a la columna vertebral.
- artritis infecciosa: causada por un agente bacteriano o viral (es gonococo o parvovirus)
- artritis psoriásica: se manifiesta en personas ya afectadas por psoriáisis (dedos de las manos y pies)
- bursitis: inflamación de la bursa o bolsa sinovial, estructura en forma de bolsa, que se sitúa entre huesos, tendones y músculos.
- tendinitis: inflamación de los tendones, por un uso excesivo e incorrecto que por una progresiva condición reumática.
Las causas de la artritis presentan derivan de diferentes factores de riesgo a partir de los factores genéticos, al estilo de vida, a la dieta, a la actividad física, hasta los factores ambientales.
Al día de hoy, lamentablemente, excluyendo los casos de artritis de origen infecciosa, no existe ningún tratamiento resolutivo de la enfermedad.
Pueden en cambio aplicarse una serie de terapias enfocadas a mejorar el estilo de vida de la persona enferma, reduciendo los dolores y la discapacidad consecuente y restituyendo la posibilidad de desempeñar tareas cotidianas y eventualmente también algunos trabajos.
Entre las formas de tratamiento más eficaces existen:
- periodo de reposos y relajamiento y una actividad física adecuada
- una dieta apropiada
- terapia de frío y calor
- ultrasonidos, magnetoterapia, laserterapia, electroestimulación